DIOS CREÓ EL MUNDO EN SEIS DÍAS, Y EL SÉPTIMO DESCANSÓ

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¿Te sientes identificado con esta situación? Quiero que te pares unos minutos a reflexionar sobre tu rutina actual; ¿Cuántos días entrenas? Y, lo más importante… ¿Cuántos descansas? Si no eres un ciclista de élite, sino más bien una persona normal, que ha de lidiar con el trabajo y el estrés diario, es muy probable que estés entrenando demasiado y descansando muy poco.

Es un error muy común, a la par que peligroso pues puede desencadenar desmotivación, fatiga, dolor, y un montón de cosas más, así que… cambia el chip!

La recuperación del deportista es de vital importancia, y por eso, debes aprovechar las oportunidades de reparar el daño muscular y construir nuevas fibras que te permitan reducir el dolor y evitar las lesiones. Durante décadas se ha toma la recuperación en los ciclistas como parte del propio entrenamiento, esto quiere decir que el descanso contribuye a la progresión y es parte fundamental de la formación. Este fenómeno del que te vengo hablando, tiene un nombre: SUPERCOMPENSACION.

Tal vez sepas de lo que hablo, pero si no es el caso, te explico un poco de que se trata.

La supercompensación es la adaptación física resultante de aplicar al organismo estímulos físicos y psíquicos. Es decir, que si dentro del entrenamiento se realizan en el momento apropiado y se aplican los descansos oportunos, sucesivos efectos de supercompensación te harán llegar a la forma deportiva deseada.

Sin el fenómeno de supercompensación no hay mejora. De lo que se trata es de causar un estrés físico lo suficientemente importante, para que tras un periodo de descanso, nuestro organismo tenga argumentos más poderosos para poder hacer un esfuerzo de mayor intensidad. Por lo tanto dispondrás de un poco más de “combustible” que irá aumentado si esta práctica la llevas a cabo con asiduidad..

Para llevar a cabo la supercomensación, existe un tiempo de recuperación después de cada entrenamiento de calidad. Indispensable respetarlo para conseguir adaptaciones positivas.

Pueden darse tres situaciones:

  • Si dejas pasar mucho tiempo entre dos entrenamientos de calidad, no conseguirás adaptación ninguna y te quedas estancado en la forma.
  • Si te “machacas” demasiado, no descansas e insistes en ir siempre a tope, llegará un momento en que el organismo caerá en un agotamiento que se desencadenará en sobre-entrenamiento.
  • Si los descansos entre dos entrenamientos de calidad son apropiados, y los efectúas sucesivamente respetando los periodos de descanso, aumentarán progresivamente las capacidades para las que entrenas.

Ahora que eres un poco más consciente de la importancia de un descanso apropiado, es hora de revisar tu plan de entrenamiento y adáptalo para sacarle el mayor rendimiento posible. ¡Alucinaras con los resultados!

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